Hace apenas unos días que se celebró aquí en Venezuela el “Día del Padre”. Como es tradición, este día se celebra el tercer domingo de junio y tiene como finalidad homenajear a esos seres que te dieron la mitad de tus genes para ser lo que hoy en día eres, una persona real. Hasta hace un par de años, yo también celebraba este día, pero no desde la intención del faranduleo y de “figurar” con mi papá o la familia, lo hacía simplemente porque era una oportunidad más de tener un momento con una de las personas que mas he amado en esta vida. Y eso es lo que he valorado más desde que mi papá no está: el hecho de que SIEMPRE estuve con él en los momentos más importantes y que un día “comercial” no era lo que definía nuestra relación.
Este domingo pasado, puede conocer a través de las redes sociales a los papás de mucha gente, había una cantidad abrumadora de fotografías con mensajes que realmente llegaban al corazón, pero, lo que no termino de entender es que muchas de esas personas (que conozco personalmente) ni siquiera tienen una relación real con sus padres el resto del año. La pregunta que me hago es ¿qué tan importante es hacerle creer al mundo que tengo el mejor papá del mundo si no me esfuerzo por construir un vínculo con él?
Es bastante contradictorio, ese domingo en particular la gente se esfuerza por regalar la camisa más cara, el perfume más elegante, hasta llevan a sus padres a comer al restaurante más costoso, pero ¿y el resto del año? ¿Pueden escoger cualquier día al azar y compararlo con el “Día del Padre? Yo particularmente no lo creo… Y lo digo con base, porque muchos de esos hijos se desaparecen por temporadas enteras, nunca están de acuerdo con lo que sus padres tratan de enseñarles, si ellos les dan un consejo estalla la Tercera Guerra Mundial, si tienen padres de la «tercera edad» los abandonan porque son «ladillas», y aun así ¿se atreven a celebrar este día con bombos y platillos? La verdad es que definitivamente este día les deja más a los que venden los regalos que a los que los compran, y los que los reciben, en muchos casos se quedan con la ilusión que ese hijo que apareció un año después, continúen llamándolos o visitándolos así sea con las manos vacías.
El punto que quiero dejar claro con esto es que es más satisfactorio construir un verdadero vínculo con tu padre, verlo la mayor cantidad de veces que puedas, conversar con él, entender el porqué de muchas de las cosas que heredaste, valorar el tiempo que la vida te regale a su lado, recuerda que gracias a él, tú existes.
Cuando no tengas a tu padre físicamente lo vas a necesitar y a extrañar, créeme, yo sé de lo que te hablo…